POEMA

Quant en el barco venia,
i al saber que ya arrivaba,
yo sobre cuberta eixia
per vorer quán divisaba
la terra de l'alegria.

I alla llunt, algo borros
i encara molt matinet,
sobre un gran manto verdos,
s'alçaba majestuos
el meu volgut Micalet.

El cor, violent em glatia,
la cara tenia encesa
per la emocio i la alegria,
i al maquiniste li dia:
¡Més apresa!, ¡¡Més apresa!!

Ya es divisaben casetes,
ya es distinguien carrers,
i entre flors i tarongers
es veen les barraquetes
com rames de gesmilers.

¡Apresa!, ¡¡apresa!!, li dia,
i en avaricia, aspiraba
el perfum que d'ahi ya eixia,
mentres el cor em glatia
com el barco s'acostaba.

El cel, com safiro hermos;
el Sol net, esplendoros,
nostra vega llumenant;
i aquell mar majestuos
les seues plantes besant.

De goig i plaer ploraba
al vore'm prop del regaç
i aixina, com m'acostaba,
els braços més allargaba
volent donarli un abraç.

¡Ya entrem al port!, ¡Ya está!
Ya les glories valencianes
poden tocarse en la ma.
Ya oisc el vol de les campanes,
i llunt, una dispará.

Ya he aplegat.
Ya estic aci.
La terra qu'abandoni,
a sons fills vol amparar.
Dichosa yo que puc tornar
a la terra en que naixqui.

Que de les flors el fragor
de l'horta sempre bledana,
¡llum, alegria, i vigor!
No hi ha atra cosa millor
¡que la TERRA VALENCIANA!

Per aixo fama tinguí,
i cuan la Europa crusi,
desde Londres a Florencia,
per totes parts proclami:
Yo soc
¡¡Che!!,
soc
¡¡¡ DE VALENCIA !!!


El Micalet desde la Iglesia de San Martín (Hacia 1910)

...oOo...


Cuando en el barco venía,
y al saber que ya llegaba,
yo sobre cubierta salía
para ver cuándo divisaba
la tierra de la alegría.

Y allá lejos, algo borroso
y todavía muy tempranito,
sobre un gran manto verdoso,
se alzaba majestuoso
mi querido Miguelete.

El corazón, violento me latía,
la cara tenía encendida
por la emoción y la alegría,
y al maquinista le decía:
¡Más deprisa!, ¡¡Más deprisa!!

Ya se divisaban casitas,
ya se distinguían calles,
y entre flores y naranjos
se veían las barraquitas
como ramas de jazmín.

¡Deprisa!, ¡¡deprisa!!, le decía,
y con avaricia, aspiraba
el perfume que de ahí ya salía,
mientras el corazón me latía
conforme el barco se acercaba.

El cielo, como zafiro hermoso;
el Sol limpio, esplendoroso,
nuestra vega alumbrando;
y aquel mar majestuoso
sus plantas besando.

De gozo y placer lloraba
al verme cerca del regazo
y así, como me acercaba,
los brazos más alargaba
queriendo darle un abrazo.

¡Ya entramos al puerto!, ¡Ya está!
Ya las glorias valencianas
pueden tocarse con la mano.
Ya oigo el vuelo de las campanas,
Y lejos, una disparada.

Ya he llegado.
Ya estoy aquí.
La tierra que abandoné,
a sus hijos quiere amparar.
Dichosa yo que puedo volver
a la tierra en que nací.

Que de las flores el fragor
de la huerta siempre lozana,
¡luz, alegría, y vigor!
No hay otra cosa mejor
¡que la TIERRA VALENCIANA!

Por eso fama tuve,
y cuando la Europa crucé,
desde Londres a Florencia,
por todas partes proclamé:
Yo soy
¡¡Che!!,
soy
¡¡¡ DE VALENCIA !!!