Harry Feversham rep l'orde d'unirse al seu batallo en el nort d'Africa just en el moment en que està a punt de celebrar la seua boda. Una miqueta al seu pesar renuncia a acudir a la crida, i la nit anterior al seu enllaç rep tres plomes, acusacio inequívoca de covardia, a la que no tarda en unirse la seua novia en una quarta ploma; decidix llavors anar pel seu conte i risc en auxili dels seus camaraes. Feversham posara en risc la seua vida i passarà per tot tipo de penalitats per a netejar el seu honor, pero sobretot en benefici de l'amistat, i per a restituir la seua image a ulls del seu pare i de la seua promesa.

• Curro Vargas : Ama a Soledad, y para poder casarse con ella, emigra en busca de fortuna.
• Soledad : Ama a Curro, pero se ve obligada a casarse con Mariano por su posición.
• Doña Angustias : Madre de Soledad.
• Mariano : Marido de Soledad.
• Padre Antonio : Sacerdote protector de Curro.
• Rosina, Timoteo, y el Capitán Velasco : Personajes cómicos.

El "Don Juan Tenorio" del inmortal Zorrilla es algo de nuestra 'raza', de nuestras costumbres, de nuestra historia; algo que llevamos en lo más hondo del alma y nos acompaña en nuestras aventuras y devaneos.

El legendario Don Juan vive en cada uno de los españoles que nos sentimos jóvenes y con bríos para cien empresas amatorias. Verdad que si no hubiesen tantas "Brígidas" habrían menos "Tenorios", pero con ellas o sin ellas, en serio o en caricatura, el Tenorio lo llevamos todos dentro de nuestro ser; en unos manifestándose como el Burlador de Sevilla, conquistador y aventurero; en otros, ridículo e inocente como el Terrible Pérez.

Las frases del Tenorio las tenemos metidas en la médula y se nos escapan de la boca sin darnos cuenta de ello. ¿Quién, ante una baladronada de alguien no ha contestado con aquello de "Me hacéis reír, don Gonzalo", o habrá exclamado, después de hacer un favor, "No os podréis quejar de mí", o cosas por el estilo?

Todo esto que vamos diciendo nos ha sugerido la idea de reunir en un folleto, para solaz y entretenimiento de nuestros lectores, algunos de los innumerables chascarrillos, cuentos, y anécdotas que a propósito del Tenorio por ahí se cuentan, sin poner nada de nuestra cosecha para darle a este folleto un sabor puramente popular.

Oído a la caja, pues.