El Guerrero de Moixent es una pequeña figura ibérica, de bronce, que representa a un guerrero íbero montando a caballo, elaborada hacia los siglos IV o V a. C. Su simbolismo es desconocido, según algunos arqueólogos podría ser un exvoto funerario que podría servir al difunto en la transición a la otra vida, o quizás fuera una ofrenda a los dioses como agradecimiento por sus favores.

La figurilla, de 7,3 centímetros de alto, fue encontrada en 1931 por el obrero Vicente Espí en el poblado ibérico de Bastida de les Alcuses, una importante ciudad de la Contestania ibérica que se encontraba situada en un cerro del sistema montañoso de Serra Grosa, próximo a la población de Moixent. El poblado fue arrasado hacia el año 330 a. C., y sus restos descubiertos en 1909.

El Guerrero de Moixent se encuentra actualmente en el Museo de Prehistoria de Valencia.