El 7 de julio de 1888, Carlos Arniches estrena su segunda obra en el Teatro de Maravillas de Madrid, "La Verdad desnuda", escrita una vez más con la colaboración del alcoyano Gonzalo Cantó. En esta ocasión la música corría a cargo del maestro navarro Apolinar Brull. Es una sátira social cómico-lírica, escrita en verso y prosa, y cuenta con un solo acto dividido en cinco cuadros o partes.



La Verdad ha sido proscrita de la Tierra, expulsada por un tribunal compuesto por Don Infundio, "juez de rectas intenciones", Don Chanchullo, "fiscal que condena", y Don Compadrazgo, "el que hace las defensas". En lugar de la Verdad han aparecido numerosos engañabobos que, a pesar de usar su buen nombre, no son mas que remedos de la auténtica verdad...

Pero la Verdad no está satisfecha con su expulsión, e intenta volver a nuestro mundo acompañada de la Buena Fe, a la que, ofendida por el mal de los hombres, pide que le prometa:


En cada cuadro, la Buena Fe y la Verdad recorren diversos lugares, como un café o una casa diplomática, comprobando que, efectivamente, ya no hay verdad en el mundo...