Hay artistas que llevan el genio en la sangre, por herencia o por genética. Este es el caso de Concha Márquez Piquer, hija de la gran artista que fue Concha Piquer, la reina de la copla, a quien siempre admiró e idolatró, y cuyos pasos ha seguido en el mundo de la canción desde su debut en 1968, a los 22 años, en una gala benéfica en el Teatro Calderón de Madrid. Desde entonces, su vida ha estado unida al mundo de la música, cantando aquellas piezas que llevaran a su madre a lo más grande, o interpretando temas del más diverso estilo y en distintos idiomas: Español, Lengua Valenciana, francés, inglés, italiano...

Es difícil resumir la vida de esta gran cantante: Protagonista de numerosas comedias musicales; participante en el programa Pasaporte a Dublín (1970), junto a los valencianos Nino Bravo, Dova o Jaime Morey, entre otros cantantes; galardonada en 1976 con el Premio a la Mejor Cantante de Habla Hispana... Pero sobre todo, una hija enamorada de la labor artística que realizó su madre, llevando siempre consigo su memoria.

No es de extrañar, por tanto, que el primer disco que grabara, tras su regreso a los escenarios en 1993, fuera un álbum en homenaje a Doña Concha, interpretando algunas de las canciones que ella popularizara en su larga carrera. Un álbum que rebosa por todas partes del espíritu de su madre, al oír sus canciones, en la voz de su hija, y al escuchar a la propia Concha Piquer, cuando presenta a su hija en "Habla Concha Piquer", y cuando ambas combinan sus voces en el pasodoble "En tierra extraña", que compusiera el maestro valenciano Manuel Penella. No quisiera terminar sin destacar la canción "Concha Piquer", un bonito homenaje que le dedicara el poeta sevillano Rafael de León, a la que fuera su amiga y musa principal. Sin duda, un disco indispensable.

MP3 (128 kbit/s CBR) - 43,61 MB - 48 min

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